Esta obra, publicada en 1979, consiste en una colección de
30 ensayos literarios en los que aborda varios campos de estudio y con
diferentes niveles de profundidad y análisis. El conjunto se sintetiza muy bien
en el título, “Fantasmas de dos mundos”,
que hace referencia al poso que deja en la cultura la fusión de esos dos mundos
en los que el escritor e intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri ha vivido: el europeo y la América criolla hispana.
Sostiene el autor que son mundos que se retroalimentan, pues por un lado se
engrandece la perspectiva europea a través del nuevo mundo, y por otro se
enriquece la cultura latinoamericana cuando reivindica el origen grecolatino de
su literatura. Haciendo un repaso de su biografía, la vida de Uslar Pietri sintetiza precisamente
eso.
Debido a los años que vivió en Paris, muchos de los ensayos
hacen referencia a autores y obras de la literatura francesa: Flaubert,
Malraux, Alfonse Daudet, Proust, Chateubriand, Lautremont, Sartre, Céline… Hace
gala de un conocimiento oceánico y lo transmite con una prosa sencilla y muy
elegante. Habla también de la novela histórica en el ensayo: “La historia en la
novela”. También de la obra de Miguel Ángel Asturias, al que considera el
germen de una nueva forma de enriquecer la cultura occidental, con un elogio a
la novela “El señor presidente”. Muy entrañable es también el encuentro que
narra en el ensayo: “Borges, desde el banco de la sombra”, cuando ya estaba muy
mayor. Resulta cuanto menos curioso que no se hubiesen conocido en persona
hasta entonces.
En “¿Qué nos importa la guerra de Troya?”, Uslar Pietri hace una encendida defensa
de la necesidad de conocer y enseñar las humanidades y la cultura grecolatina.
Vivir sin historia es lo mismo que vivir sin memoria, viene a decir. A juicio
del autor lo que Homero describe en la guerra de Troya es la situación del
hombre en la guerra. Describe el odio, el temor, la pasión, la ruina, la
muerte, la angustia de la existencia amenazada, sentimientos universales a lo
largo del tiempo que afectan al hombre desde sus inicios. Y lo hace con un
poder de expresión, con una belleza de palabra que no han sido superados en 30
siglos. Concluye que sería una inmensa desgracia y miseria condenar a los
hombres de hoy a no conocer a Homero. Uslar
Pietri murió en el año 2001. Mucho me temo que si hoy levantara la cabeza y
echase un vistazo por ejemplo al panorama educativo que llevamos arrastrando en
España desde hace 30 años, (y sin que la sucesión de distintos gobiernos haya
puesto remedio, aunque haya mucha más responsabilidad en unos que en otros, eso
también hay que decirlo), es probable que volviera a la tumba horrorizado.
Destaco también el ensayo “Hacer tal servicio”, donde
homenajea la conmemoración del milenario de la lengua castellana, nacida en el
último tercio del siglo X, en el convento de San Millán de la Cogolla. Con una
sencillez y una sensibilidad y clarividencia enormes repasa la historia y el
futuro de la lengua romance desde su nacimiento, pasando por el mestizaje que
revitalizó la lengua a partir de la independencia de las colonias americanas y
el desafío que suponen las nuevas tecnologías.
Buena parte de los ensayos los dedica a grandes personajes
de la cultura, humanistas que han fallecido dejando una obra importante como
legado. Es el caso de Américo Castro o Marcel Bataillon, hispanista francés.
Nos ilumina no sólo por la importancia de la obra que dejan atrás sino con
detalles poco conocidos de sus biografías.
Pero de entre todos los ensayos son dos los que destaco por
su importancia. Uno sería el ensayo “Tierra de indias”, donde hace una
interesante reflexión sobre el origen del hecho hispanoamericano en la
actualidad. Se creó según él un hecho social e histórico nuevo que introdujo
alteraciones y tensiones dentro de los valores y conceptos aportados por el
español, el indio y el negro. Tres culturas que en América (especialmente en la
región caribeña) se enriquecen y complementan. Continúa diciendo que el hecho
cultural básico de la existencia de la América latina es la confluencia a
partir del siglo XVI, de las tres corrientes de cultura extraídas entre sí y
que allí convergen para iniciar un complejo proceso de interpretación, mezcla y
adaptación. Tres corrientes de distinta fuerza, volumen y extensión. Entre
otros muchos ejemplos, cada una de ellas aporta un concepto diferente del
tiempo y eso tiene reflejo en todos los órdenes de la vida. En otro libro que
hemos comentado en este Desván de la Casa Usher, “El escritor y los suyos”, de V.S Naipaul apunta en la misma
dirección que Uslar Pietri, sólo que circunscrito al mundo anglosajón.
Y el otro ensayo que destaco es el que cierra el volumen: “Cultura
y política”. En él previene del peligro que supone la intervención del estado
en el quehacer cultural, porque la tentación de los estados de poner la cultura
al servicio de la política ha sido siempre grande y con resultados muy pobres
en cuanto a desarrollo cultural, conocimiento y libertad de creación, allí
donde los estados han puesto en práctica el control absoluto de la cultura.
Como ejemplo, los totalitarismos del siglo XX, desde la Alemania Nazi, pasando
por las dictaduras comunistas del este de Europa y la Unión Soviética.
Y al final también emite una opinión argumentada, con la que
algunos no estarán de acuerdo, pero que se desprende de un análisis minucioso
que hace a lo largo del ensayo. Para él, la América latina pertenece a
occidente porque todo el ámbito americano pertenece al cristianismo. Aclara sin
embargo, que se trata de un cristianismo que se ha hecho con infinitos aportes
de creencias locales, tradiciones y costumbres propias.
Para Uslar Pietri toda la colonización fue
un proceso de incorporación a los valores de occidente. La familia, la casa, la
urbanización, la relación social, la situación de la mujer y el hijo… todo eso
les vino por la Iglesia y las leyes de Indias desde la herencia romana del
derecho. Esa cultura occidental de 5 siglos con la que se han identificado es
la suya y no tiene otra.
El autor les incita a que piensen en esta cuestión. No es
baladí. Por ello y por el conocimiento general que nos aporta, tenemos en ”Fantasmas de dos mundos” un libro muy
interesante y lúcido que no hay que perderse.
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