jueves, 20 de enero de 2011

Esperpento babélico


A partir de ahora los senadores (sí, esos representantes de la cámara alta que durante los descansos de las sesiones piden el café en castellano), van a gastarse 12.000 Euros por sesión para traducirse unos a otros y hacerse entender. Así, el señor Montilla, senador catalán nacido en Córdoba, hablará en catalán para que a través del "pinganillo", el señor Arenas, paisano suyo de nacimiento, pueda entender lo que dice. Mi duda reside en el caso de que un gallego hable a un vasco: ¿Se hace traducción directa, o primero traducen al castellano y de allí al vascuence? ¿Y cuando hable otro catalán? ¿Se lo traducirán también al señor Montilla, dada su condición de andaluz? ¿Y qué pasa con los senadores del valle del Pas? ¿Tienen o no derecho a usar su propia habla para diferenciarse de los demás senadores cántabros?... Deben aclararlo. Como todo esto es un lío, he intentado analizar los 5 motivos que les han llevado a dar este paso.

a) Reírse un rato entre ellos durante las sesiones del senado.

b) Exprimir todavía más la teta del erario público.

c) Insultar nuestra inteligencia.

d) Incidir en lo que nos separa, pretendiendo con ello debilitar a la nación española (con perdón).

e) Rendir un clarísimo homenaje a Valle-Inclán, Jardiel Poncela y Gómez de la Serna.

Yo quisiera pensar (romántico que es uno) que han elegido la opción e). Pero lo dudo, porque es posible que más de medio senado desconozca la obra de tan ilustres autores.
Por eso yo me inclino más bien por que se trata en realidad de una conjunción de las demás opciones.

Señores senadores, por favor, hasta la perversión precisa de un mínimo de sutileza.

2 comentarios:

  1. Yo también quiero inclinarme por la e, pero es por ganas ... Hace falta ser lelo, y los de Público, por Dios, vaya portada. Y nosotros a pagar, en fin...Saludos, Correr me ha encantado. Gracias por tus sugerencias en lecturas, siempre son estupendas (Ravel lo empezaré mañana)

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  2. Lo del senado viene a ser una foto de lo que hay: unos políticos de espaldas a la realidad y empeñados en no entenderse. La verdad es que no han podido escenificarlo mejor.

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