miércoles, 21 de abril de 2010

Vida inquietante


Después de la explosión nuclear la vida se volvió bastante más monótona. No sólo por los cuatro años que pasó escondido en el refugio hasta que las radiaciones dejaron de ser nocivas; sino porque al salir de allí tuvo la sensación de encontrarse en otro planeta. Tan grande fue la destrucción que apenas quedó algún edificio en pie, y hasta la corriente eléctrica dejó de funcionar. Él era el único superviviente sobre la Tierra. Lo supo después de cincuenta días vagando en soledad.
Y fue al quincuagésimo primer día cuando aquellos seres tan extraños se presentaron a la puerta.

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